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En
este ensayo versa sobre tres temas fundamentales que afecta a todos los seres humanos: El enamoramiento, la
paternidad y la muerte
El
enamoramiento es una de las causas del dolor humano porque surge un conflicto
entre el amor y la cultura: el amor se opone a los intereses de la cultura, y
ésta lo amenaza con restricciones. La familia defiende el amor, y la comunidad
más amplia la cultura. La mujer entra en conflicto con el hombre: éste, por
exigencias culturales, se aleja cada vez más de sus funciones de esposo y
padre. La cultura restringe la sexualidad anulando su manifestación, ya que la cultura
necesita energía para su propio consumo
La
paternidad es un cambio importante en
la vida de una persona: se adopta el rol social de padre que conlleva una serie
de responsabilidades, que alcanzan el nivel de obligaciones legales. Se
adquiere el deber de cuidar y educar a los hijos.
La
madre tiene la experiencia de haberlo hecho, aunque sea de forma automática,
durante los nueve meses del embarazo. Durante ese tiempo, el padre ha sido un
espectador, quizás muy entusiasmado, pero espectador al fin y al cabo. De
repente, se encuentra con una persona desvalida con la que ha adquirido una
serie de compromisos. Aparecen así una serie de presiones psicológicas de
importancia. Por ejemplo, no se tiene tanta libertad para poder dejar un
trabajo, porque nuestro hijo depende de nosotros. Si alguna vez hemos pensado
que pasaríamos hambre antes de aguantar determinadas cosas, ahora hay que
plantearse que quien pasaría hambre es nuestro hijo.
Los
cambios en la relación de pareja inciden de manera fundamental en los dos
miembros
La
muerte es algo de lo que nadie
puede escapar. La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la noche
sigue al día, el invierno sigue al otoño o la vejez sigue a la juventud. Las
personas se preparan para no sufrir cuando les llegue el invierno; se preparan
para no tener que sufrir en la vejez. ¡Pero pocos se preparan para la certeza
aún mayor de la muerte!
La
sociedad moderna ha alejado su mirada de este problema tan fundamental. Para la
mayoría de las personas, la muerte es algo a temer, algo terrible o si no, sólo
la ausencia de vida, algo hueco y vacío. Y la muerte ha llegado a ser
considerada incluso como algo "antinatural."
El
enamoramiento,
comúnmente confundido con el amor, hace referencia a un
estado en el que una persona magnifica las cualidades positivas de otra y que
suele tener lugar al comienzo de una relación amorosa.
Durante
esta etapa, en la que conocemos muy pocos aspectos de la personalidad del otro,
solemos esforzarnos por asegurar que hemos encontrado a la persona perfecta, al
amor de nuestras vidas, alguien que tiene el deseo y la capacidad de entender,
de retribuir el afecto y el cuidado, y de compartir el día a día con uno. Dicho
esto, es entendible que la alegría y un estado de embelesamiento constante
suelan ir de la mano del enamoramiento.
Para
la bioquímica, se trata de un proceso que se origina en la corteza cerebral,
continúa en el sistema endocrino y se traduce en respuestas de tipo
fisiológico. Este procedimiento implica la intervención de múltiples elementos.
Al conocer a alguien y experimentar atracción, en el ser humano se da inicio a
una serie de transformaciones químicas y psicológicas. Este fenómeno es
prácticamente inmediato y ciertamente involuntario y se puede distinguir
claramente de la seducción intencional, un proceso generalmente más extenso y
en ocasiones asociado con cuestiones culturales y sociales.
La
atracción física y el enamoramiento tienen esa cualidad de inconsciente e
inexplicable en común, pero sólo a los ojos de quien lo vive. Justamente, una
serie de señales sensoriales, principalmente olfativas pero también visuales,
son las responsables de esta necesidad imperiosa de acercarse a ese individuo
que, minutos atrás, fuese un extraño.
El
amor, por otro lado, suele llegar más tarde en una relación y se caracteriza
por una constante entrega y aceptación; requiere de paciencia, de comprensión,
de apertura, y debe fortalecerse a diario para poder sobrellevar los malos
momentos, circunstancias que de existir durante el enamoramiento amenazarían
gravemente con un final temprano. El amor verdadero se fundamenta en la
realidad, trasciende la idealización de la pareja y posee una proyección
estable y a largo plazo.
Sin
embargo, al no poder encontrar una definición que englobe la experiencia de
todos los seres humanos a la vez, el amor y el enamoramiento cobran formas muy
similares. Un ejemplo muy claro es el conocido “amor a primera vista”, un
concepto que ya existía en la antigua Grecia y que se definía como locura de
los dioses. Sea que Cupido dispare una de sus fatídicas flechas, o que la
química se apodere del accionar de dos personas, diversas encuestas en
distintos países demuestran que un gran porcentaje de la población cree en el
amor a primera vista y la mayoría no duda en contraer matrimonio si llega a
sentirlo. Difícil de creer, pero muchas de estas parejas perduran más que otras
que pasan años conociéndose antes de tomar la decisión de casarse.
Muchas
personas se esfuerzan por marcar diferencias entre los humanos y los animales,
y es en el campo de los sentimientos y la razón donde encuentran más facilidad
para trazar líneas divisorias. Genéticamente, se cree que los humanos comparten
con los animales el instinto de procreación. Sin embargo, muchos aseguran que
las personas pueden relacionarse sexualmente también para mostrar amor o para
satisfacer impulsos sexuales, es decir, no necesariamente para reproducirse.
TENER UN HIJO
Nos
imaginamos en el futuro de muchas maneras. De muchísimas maneras. Siempre con
algunas obligaciones y con algunas responsabilidades, con un trabajo, con una
casa, con un coche... pero siempre con un hijo. “Yo a mi hijo le enseñaría
a...”, es una frase muy común.
Imaginemos
por un momento un futuro sin hijos. Seguramente
la vida futura sería muy diferente, por ejemplo, no tener que pagar por las
chucherías, ni la escuela, ni las clases de repaso, ni un dinerito cada semana.
No tener que gastar tiempo cuando se pone a gritar como “loco” llamándote la
atención, o sacar tiempo para fiestas en familia o cumpleaños. Sin embargo, las
personas se comprometen con la venida al mundo de un ser, tal vez el fruto
de reacción química y debida al enamoramiento
y en otras al amor más puro que puede surgir entre dos seres.
¿Porque
lo queremos? ¿Será por un impulso que da
la naturaleza para asegurar la reproducción? ¿Será unas ansias de poblar
nuestra soledad? ¿Compartir? Tener descendencia para no quedar en el olvido
(excusa barata e inútil... ¿no?, quiero decir, de todas formas se quedaría uno
en el olvido)? ¿Para fortalecer una
relación con una mujer? ¿Para hacerle hacer lo que tú nunca pudiste hacer? ¿Para
tenerlo de adorno? ¿Para asegurar un futuro a la familia? ¿Para trabajar? ¿Para
qué?
Estas podrían ser algunas de las respuestas a los interrogantes
anteriores. Para quererle, compartir tus
emociones, para guiar una persona nueva todo un recorrido por la vida, para,
incluso aprender, para tener nuevas experiencias, para darle un giro a la vida,
para sentir un vínculo nuevo, para sentir amor, para tener algo más por lo que
sacrificarse, para sentirse el protector e incluso para tener dominio, para
poder ayudarle e incluso castigarle, tener un motivo por el que vivir y luchar
hasta la muerte, para saber que alguien te querrá, para hacer una persona
increíble y especial, para tener un nuevo futuro, para fijar un poco la vida,
para sentir el calor de unos brazos llenos de aprecio rodearte el cuello, para
sonreír algunas noches pensando en la obra de arte que has creado. Hay tantos
motivos para tenerlos...
La
muerte es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de
sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se
había creado a partir de un nacimiento.
Existen
distintos tipos de muerte. Así, en primer lugar, podríamos hablar de la llamada
muerte natural que, como su propio nombre indica, es aquella que se produce a
consecuencia de la vejez que tiene la persona en cuestión.
Pero,
por otro lado, está la llamada muerte violenta que es aquella que experimenta
alguien a raíz bien de un traumatismo contundente y de forma fortuita o bien
como consecuencia de que otro individuo ha decidido acabar con su vida. Así,
alguien muere de muerte violenta cuando es víctima de un asesino u homicida.
El
concepto de muerte,
de todas maneras, ha variado a lo largo de la historia. En la antigüedad se
consideraba que la muerte, como evento, tenía lugar cuando el corazón dejaba de
latir y el ser vivo ya no respiraba. Con el avance de la ciencia, la muerte
pasó a entenderse como un proceso que, a partir de un cierto momento, se vuelve
irreversible.
En la
actualidad, una persona puede haber dejado de respirar por sus propios medios
y, sin embargo, seguir con vida a través de un respirador artificial Por otra
parte, puede hablarse de muerte cerebral para hacer referencia al cese completo
e irreversible de la actividad cerebral.
Más
allá de la biología, existe una concepción social y religiosa sobre la muerte.
Se suele considerar a la muerte como la separación del cuerpo y el alma. Por lo
tanto, la muerte implicaría el final de la vida física pero no de la
existencia. La creencia en la reencarnación también es bastante común.
Un
esqueleto cubierto con una especie de túnica y una guadaña es el símbolo de la
muerte. A la Muerte como figura se la conoce como Parca. Por ejemplo: “Cuando
la Parca viene a buscarte, no hay nada que hacer”.
En
este sentido, tenemos que establecer la existencia de lo que se conoce como
danza de la muerte. Esta podemos decir que es una representación que se llevaba
a cabo durante la Edad Media de un baile en el que la figura central era la
Muerte, que ejercía como símbolo de la igualdad de todos los hombres ante ella.
De la
misma forma, también está el término toro de muerte. Este se emplea para
referirse a lo que sería el toro de lidia, es decir, el animal que, desde que
nace, es criado para ser el que se enfrente a un torero en un coso durante la
correspondiente corrida.
La
muerte, por último, es la destrucción o el final de algo.
El
enamoramiento está relacionado con la química y hormonal lo que desencadena
sensaciones. Las sensaciones se mueven en nuestro campo animal, no racional,
por lo tanto no tienen explicación dentro del campo de la lógica, ocurren
independientemente de nuestro pensamiento. Como sensaciones son entre otros, la
sensación de hambre, sed, algunos tipos de miedos, y el sexo-hormonal. Por esta
no-razón nos gusta una persona y otra no, un olor nos agrada y otro nos
desagrada, una comida nos encanta y otra la aborrecemos; es, en definitiva algo
que no es explicable a la razón.
El
modelo clásico de la familia padre,
madre e hijos que conviven juntos y afrontan la vida como una unidad, se ha
venido resquebrajando dramáticamente en las últimas décadas. El modelo de
hogares sostenidos por el padre, con la madre en el hogar al cuidado de la
crianza de sus hijos, ha quedado relegado en el pasado. El número de hogares
desintegrados, por diferentes razones, se ha incrementado de manera alarmante.
Con ello, los índices de divorcio, paternidad irresponsable y madres solteras,
se ha elevado en los últimos cincuenta años, dejando la enseñanza fundamental
de los hijos en manos extrañas o en la calle. Por ello, tener un hijo en la
actualidad implica saber diferenciar entre enamoramiento y amor y tener en
cuenta las múltiples exigencias sociales, culturales que ello significa.
La
humanidad está empeñada en concebir a la muerte como el “hecho final” y a la
vida como un proceso poco definido. La humanidad está empeñada en negar el
proceso mortuorio y reducirlo a un acontecimiento dramático, doloroso, obsceno
y desagradable. Pero es que un simple acontecimiento no es más que una
consecuencia (sí) final y última de un proceso que viene teniendo lugar desde
el momento de la gestación. Nadie quiere tener conciencia del proceso continuo
que en sí mismo y en los demás está puesto en marcha y dejan a la muerte
relegada a un instante que conciben espantoso porque les recuerda su propia
finitud.
Documento elaborado por Clara Torres estudiante de la Normal Superior de Medellín