lunes, 16 de marzo de 2015

ENSAYO SOBRE ENAMORAMIENTO, PATERNIDAD Y MUERTE



Contenido






INTRODUCCIÓN




En este ensayo versa sobre tres temas fundamentales que afecta a todos  los seres humanos: El enamoramiento, la paternidad y la muerte

El enamoramiento es una de las causas del dolor humano[1] porque surge un conflicto entre el amor y la cultura: el amor se opone a los intereses de la cultura, y ésta lo amenaza con restricciones. La familia defiende el amor, y la comunidad más amplia la cultura. La mujer entra en conflicto con el hombre: éste, por exigencias culturales, se aleja cada vez más de sus funciones de esposo y padre. La cultura restringe la sexualidad anulando su manifestación, ya que la cultura necesita energía para su propio consumo
La paternidad[2] es un cambio importante en la vida de una persona: se adopta el rol social de padre que conlleva una serie de responsabilidades, que alcanzan el nivel de obligaciones legales. Se adquiere el deber de cuidar y educar a los hijos.
La madre tiene la experiencia de haberlo hecho, aunque sea de forma automática, durante los nueve meses del embarazo. Durante ese tiempo, el padre ha sido un espectador, quizás muy entusiasmado, pero espectador al fin y al cabo. De repente, se encuentra con una persona desvalida con la que ha adquirido una serie de compromisos. Aparecen así una serie de presiones psicológicas de importancia. Por ejemplo, no se tiene tanta libertad para poder dejar un trabajo, porque nuestro hijo depende de nosotros. Si alguna vez hemos pensado que pasaríamos hambre antes de aguantar determinadas cosas, ahora hay que plantearse que quien pasaría hambre es nuestro hijo.

Los cambios en la relación de pareja inciden de manera fundamental en los dos miembros
La muerte[3] es algo de lo que nadie puede escapar. La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la noche sigue al día, el invierno sigue al otoño o la vejez sigue a la juventud. Las personas se preparan para no sufrir cuando les llegue el invierno; se preparan para no tener que sufrir en la vejez. ¡Pero pocos se preparan para la certeza aún mayor de la muerte!
La sociedad moderna ha alejado su mirada de este problema tan fundamental. Para la mayoría de las personas, la muerte es algo a temer, algo terrible o si no, sólo la ausencia de vida, algo hueco y vacío. Y la muerte ha llegado a ser considerada incluso como algo "antinatural."

EL ENAMORAMIENTO.


El enamoramiento[4], comúnmente confundido con el amor[5], hace referencia a un estado en el que una persona magnifica las cualidades positivas de otra y que suele tener lugar al comienzo de una relación amorosa.
Durante esta etapa, en la que conocemos muy pocos aspectos de la personalidad del otro, solemos esforzarnos por asegurar que hemos encontrado a la persona perfecta, al amor de nuestras vidas, alguien que tiene el deseo y la capacidad de entender, de retribuir el afecto y el cuidado, y de compartir el día a día con uno. Dicho esto, es entendible que la alegría y un estado de embelesamiento constante suelan ir de la mano del enamoramiento.
Para la bioquímica, se trata de un proceso que se origina en la corteza cerebral, continúa en el sistema endocrino y se traduce en respuestas de tipo fisiológico. Este procedimiento implica la intervención de múltiples elementos. Al conocer a alguien y experimentar atracción, en el ser humano se da inicio a una serie de transformaciones químicas y psicológicas. Este fenómeno es prácticamente inmediato y ciertamente involuntario y se puede distinguir claramente de la seducción intencional, un proceso generalmente más extenso y en ocasiones asociado con cuestiones culturales y sociales.
La atracción física y el enamoramiento tienen esa cualidad de inconsciente e inexplicable en común, pero sólo a los ojos de quien lo vive. Justamente, una serie de señales sensoriales, principalmente olfativas pero también visuales, son las responsables de esta necesidad imperiosa de acercarse a ese individuo que, minutos atrás, fuese un extraño.
El amor, por otro lado, suele llegar más tarde en una relación y se caracteriza por una constante entrega y aceptación; requiere de paciencia, de comprensión, de apertura, y debe fortalecerse a diario para poder sobrellevar los malos momentos, circunstancias que de existir durante el enamoramiento amenazarían gravemente con un final temprano. El amor verdadero se fundamenta en la realidad, trasciende la idealización de la pareja y posee una proyección estable y a largo plazo.
Sin embargo, al no poder encontrar una definición que englobe la experiencia de todos los seres humanos a la vez, el amor y el enamoramiento cobran formas muy similares. Un ejemplo muy claro es el conocido “amor a primera vista”, un concepto que ya existía en la antigua Grecia y que se definía como locura de los dioses. Sea que Cupido dispare una de sus fatídicas flechas, o que la química se apodere del accionar de dos personas, diversas encuestas en distintos países demuestran que un gran porcentaje de la población cree en el amor a primera vista y la mayoría no duda en contraer matrimonio si llega a sentirlo. Difícil de creer, pero muchas de estas parejas perduran más que otras que pasan años conociéndose antes de tomar la decisión de casarse.
Muchas personas se esfuerzan por marcar diferencias entre los humanos y los animales, y es en el campo de los sentimientos y la razón donde encuentran más facilidad para trazar líneas divisorias. Genéticamente, se cree que los humanos comparten con los animales el instinto de procreación. Sin embargo, muchos aseguran que las personas pueden relacionarse sexualmente también para mostrar amor o para satisfacer impulsos sexuales, es decir, no necesariamente para reproducirse.

 

TENER UN HIJO


Nos imaginamos en el futuro de muchas maneras. De muchísimas maneras. Siempre con algunas obligaciones y con algunas responsabilidades, con un trabajo, con una casa, con un coche... pero siempre con un hijo. “Yo a mi hijo le enseñaría a...”, es una frase muy común.

Imaginemos  por un momento un futuro sin hijos. Seguramente la vida futura sería muy diferente, por ejemplo, no tener que pagar por las chucherías, ni la escuela, ni las clases de repaso, ni un dinerito cada semana. No tener que gastar tiempo cuando se pone a gritar como “loco” llamándote la atención, o sacar tiempo para fiestas en familia o cumpleaños. Sin embargo, las personas se comprometen con la venida al mundo de un ser, tal vez el fruto de  reacción química y debida al enamoramiento y en otras al amor más puro que puede surgir entre dos seres.
¿Porque lo queremos? ¿Será por un impulso que  da la naturaleza para asegurar la reproducción? ¿Será unas ansias de poblar nuestra soledad? ¿Compartir? Tener descendencia para no quedar en el olvido (excusa barata e inútil... ¿no?, quiero decir, de todas formas se quedaría uno en el olvido)?  ¿Para fortalecer una relación con una mujer? ¿Para hacerle hacer lo que tú nunca pudiste hacer? ¿Para tenerlo de adorno? ¿Para asegurar un futuro a la familia? ¿Para trabajar? ¿Para qué?
Estas  podrían ser algunas de las respuestas a los interrogantes anteriores.  Para quererle, compartir tus emociones, para guiar una persona nueva todo un recorrido por la vida, para, incluso aprender, para tener nuevas experiencias, para darle un giro a la vida, para sentir un vínculo nuevo, para sentir amor, para tener algo más por lo que sacrificarse, para sentirse el protector e incluso para tener dominio, para poder ayudarle e incluso castigarle, tener un motivo por el que vivir y luchar hasta la muerte, para saber que alguien te querrá, para hacer una persona increíble y especial, para tener un nuevo futuro, para fijar un poco la vida, para sentir el calor de unos brazos llenos de aprecio rodearte el cuello, para sonreír algunas noches pensando en la obra de arte que has creado. Hay tantos motivos para tenerlos...

 

LA MUERTE


La muerte es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático. Se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento.
Existen distintos tipos de muerte. Así, en primer lugar, podríamos hablar de la llamada muerte natural que, como su propio nombre indica, es aquella que se produce a consecuencia de la vejez que tiene la persona en cuestión.
Pero, por otro lado, está la llamada muerte violenta que es aquella que experimenta alguien a raíz bien de un traumatismo contundente y de forma fortuita o bien como consecuencia de que otro individuo ha decidido acabar con su vida. Así, alguien muere de muerte violenta cuando es víctima de un asesino u homicida.
El concepto de muerte[6], de todas maneras, ha variado a lo largo de la historia. En la antigüedad se consideraba que la muerte, como evento, tenía lugar cuando el corazón dejaba de latir y el ser vivo ya no respiraba. Con el avance de la ciencia, la muerte pasó a entenderse como un proceso que, a partir de un cierto momento, se vuelve irreversible.
En la actualidad, una persona puede haber dejado de respirar por sus propios medios y, sin embargo, seguir con vida a través de un respirador artificial Por otra parte, puede hablarse de muerte cerebral para hacer referencia al cese completo e irreversible de la actividad cerebral.
Más allá de la biología, existe una concepción social y religiosa sobre la muerte. Se suele considerar a la muerte como la separación del cuerpo y el alma. Por lo tanto, la muerte implicaría el final de la vida física pero no de la existencia. La creencia en la reencarnación también es bastante común.
Un esqueleto cubierto con una especie de túnica y una guadaña es el símbolo de la muerte. A la Muerte como figura se la conoce como Parca. Por ejemplo: “Cuando la Parca viene a buscarte, no hay nada que hacer”.
En este sentido, tenemos que establecer la existencia de lo que se conoce como danza de la muerte. Esta podemos decir que es una representación que se llevaba a cabo durante la Edad Media de un baile en el que la figura central era la Muerte, que ejercía como símbolo de la igualdad de todos los hombres ante ella.
De la misma forma, también está el término toro de muerte. Este se emplea para referirse a lo que sería el toro de lidia, es decir, el animal que, desde que nace, es criado para ser el que se enfrente a un torero en un coso durante la correspondiente corrida.
La muerte, por último, es la destrucción o el final de algo.

 

CONCLUSIONES


El enamoramiento está relacionado con la  química y hormonal lo que desencadena sensaciones. Las sensaciones se mueven en nuestro campo animal, no racional, por lo tanto no tienen explicación dentro del campo de la lógica, ocurren independientemente de nuestro pensamiento. Como sensaciones son entre otros, la sensación de hambre, sed, algunos tipos de miedos, y el sexo-hormonal. Por esta no-razón nos gusta una persona y otra no, un olor nos agrada y otro nos desagrada, una comida nos encanta y otra la aborrecemos; es, en definitiva algo que no es explicable a la razón.

El modelo clásico de la familia  padre, madre e hijos que conviven juntos y afrontan la vida como una unidad, se ha venido resquebrajando dramáticamente en las últimas décadas. El modelo de hogares sostenidos por el padre, con la madre en el hogar al cuidado de la crianza de sus hijos, ha quedado relegado en el pasado. El número de hogares desintegrados, por diferentes razones, se ha incrementado de manera alarmante. Con ello, los índices de divorcio, paternidad irresponsable y madres solteras, se ha elevado en los últimos cincuenta años, dejando la enseñanza fundamental de los hijos en manos extrañas o en la calle. Por ello, tener un hijo en la actualidad implica saber diferenciar entre enamoramiento y amor y tener en cuenta las múltiples exigencias sociales, culturales que ello significa.

La humanidad está empeñada en concebir a la muerte como el “hecho final” y a la vida como un proceso poco definido. La humanidad está empeñada en negar el proceso mortuorio y reducirlo a un acontecimiento dramático, doloroso, obsceno y desagradable. Pero es que un simple acontecimiento no es más que una consecuencia (sí) final y última de un proceso que viene teniendo lugar desde el momento de la gestación. Nadie quiere tener conciencia del proceso continuo que en sí mismo y en los demás está puesto en marcha y dejan a la muerte relegada a un instante que conciben espantoso porque les recuerda su propia finitud.

Documento elaborado por Clara Torres estudiante de la Normal Superior de Medellín



[1] El malestar en la cultura, en línea http://www.olimon.org/uan/freud-malestar.pdf (Consultado marzo 16, 2015)
[2] La paternidad, en línea <http://www.psicoterapeutas.com/terapia_de_pareja/la_paternidad.html>  (Consultado Marzo 16, 2015)
[3] Vida y muerte , en línea <http://www.sgich.cl/LavidayLamuerte.htm> (Consultado marzo 15, 2015)
[4] Desde la psicología, Robert J. Sternberg ha señalado tres componentes del amor: la intimidad (aquellos sentimientos que promueven el acercamiento), la pasión (un fuerte deseo de unión) y el compromiso (para conservar y reproducir el amor).
[5]
[6] Sobre la muerte, en línea http://artigoo.com/ensayo-sobre-la-muerte, (consultado marzo 15,2015)

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