UNA SEGUNDA OPINIÓN SOBRE
LOS TRASTORNOS DE APRENDIZAJE
Transcripción de la conferencia
dictada por la Doctora Aditi Shankardatass
Cuando tenía 10 años de
edad, un primo mío me llevó a visitar su escuela de medicina. Y como regalo
especial me llevó al laboratorio de patología y tomó un cerebro humano real de
un frasco y lo puso en mis manos. Y ahí estaba yo, el asiento de la conciencia
humana, el centro de poder del cuerpo humano, puesto en mis manos. Y ese día
supe que cuando creciera, me iba a convertir en doctora del cerebro, o
científica, uno u otro.
Años después, cuando
finalmente crecí, mi sueño se hizo realidad. Y fue mientras estaba haciendo mi
doctorado sobre las causas neurológicas de dislexia en niños que me encontré
con un hecho asombroso que me gustaría compartir con todos ustedes el día de
hoy. Se estima que uno de cada 6 niños, esto es uno de cada seis niños, padece
algún trastorno de desarrollo. Éste es un trastorno que retrasa el desarrollo
mental del niño y causa discapacidades mentales permanentes. Lo que significa
que todos y cada uno de ustedes hoy conocen por lo menos a un niño que padece
un trastorno de desarrollo.
Pero aquí viene lo que
realmente me dejó perpleja. A pesar del hecho de que todos y cada uno de estos
trastornos se originan en el cerebro, la mayoría de éstos son diagnosticados
únicamente sobre la base de la conducta observable. Pero diagnosticar un
trastorno cerebral sin de hecho ver el cerebro es equivalente a tratar a un
paciente con un problema cardiaco basándose en los síntomas físicos, sin
siquiera hacerle un ECG o una radiografía de tórax para ver el corazón. Me
parecía tan intuitivo. Para diagnosticar y tratar un trastorno mental con
precisión, sería necesario observar directamente en el cerebro. Al observar
solamente la conducta se puede perder una pieza vital del rompecabezas y
proporcionar una incompleta, o hasta equívoca, imagen de los problemas del
niño. Sin embargo, a pesar de todos los avances en tecnología médica, el
diagnóstico de trastornos del cerebro en uno de cada seis niños aún permanecía
sumamente limitado.
Y entonces me topé con un
equipo en la Universidad de Harvard que había tomado una de estas tecnologías médicas
avanzadas y finalmente la había aplicado, en lugar de a la investigación del
cerebro, al diagnóstico de trastornos cerebrales en niños. Su innovadora
tecnología registra la EEG o la actividad eléctrica del cerebro en tiempo real,
permitiéndonos observar el cerebro mientras realiza varias funciones para
entonces detectar hasta la más sutil anomalía en cualquiera de estas funciones,
visión, atención, lenguaje, audición. Un programa llamado Cartografía de
Actividad Eléctrica del Cerebro triangula entonces la fuente de esa anomalía en
el cerebro. Y otro programa llamado Cartografía de Probabilidad Estadística
realiza entonces cálculos matemáticos para determinar si cualquiera de estas
anomalías es clínicamente significativa, permitiéndonos proporcionar un mucho
más preciso diagnóstico neurológico de los síntomas del niño. Y entonces me
convertí en la jefa de neurofisiología del brazo clínico de este equipo. Y
finalmente podemos usar esta tecnología para ayudar de hecho a niños con
problemas cerebrales. Y me alegra decir que estoy en el proceso de establecer
esta tecnología aquí en la India.
Quisiera contarles a
ustedes acerca de un niño de este tipo, cuya historia también fue cubierta por
la cadena de noticias ABC. Justin Senigar, de siete años de edad llegó a
nuestra clínica con un diagnóstico de autismo muy severo. Como muchos niños
autistas su mente estaba encerrada dentro de su cuerpo. Había momentos en que
de hecho su mente se ausentaba por algunos segundos a la vez. Y los doctores le
dijeron a sus padres que nunca podría comunicarse o interactuar socialmente, y
que probablemente nunca tendría mucho lenguaje.
Cuando utilizamos esta
innovadora tecnología EEG para ver efectivamente el cerebro de Justin, los
resultados fueron asombrosos. Resultó que Justin casi no era ciertamente
autista. Estaba padeciendo de convulsiones cerebrales que eran imposibles de
observar a simple vista, pero que de hecho le estaban causando síntomas que
imitaban a los del autismo. Después de que Justin recibió medicamento
anticonvulsivo, el cambio en él fue impresionante. Dentro de un periodo de 60
días, su vocabulario pasó de dos o tres palabras a 300 palabras. Y su
interacción comunicativa y social mejoró tan dramáticamente, que lo
inscribieron en la escuela regular e incluso se convirtió en un supercampeón de
karate.
Las investigaciones
muestran que el 50 por ciento de los niños, casi 50 por ciento de los niños
diagnosticados con autismo en realidad sufren de convulsiones cerebrales
ocultas. Éstas son las caras de los niños que yo he examinado con historias
exactamente como las de Justin. Todos estos niños llegaron a nuestra clínica
con un diagnóstico de autismo, trastorno de déficit de atención, retraso
mental, problemas de lenguaje. En su lugar, nuestros escáners EEG revelaron
problemas muy específicos ocultos dentro de sus cerebros que no podrían haber
sido detectados mediante valoraciones conductuales. Así es que estos escáners
EEG nos permitieron proporcionar a estos niños un diagnóstico neurológico mucho
más preciso y un tratamiento mucho más dirigido.
Por demasiado tiempo ya,
niños con trastornos de desarrollo han sufrido por diagnósticos equivocados
mientras que sus problemas reales no han sido detectados y han permanecido para
empeorar. Y por demasiado tiempo ya, estos niños y sus padres han padecido
frustración y desesperación indebida. Pero estamos ahora en una nueva era de
neurociencia, en la que finalmente podemos ver directamente la función del
cerebro en tiempo real sin riesgos y sin efectos colaterales, de manera no
invasiva, y encontrar la verdadera fuente de tantas incapacidades infantiles.
Así es que si pudiera
inspirar apenas a una fracción de ustedes en el público hoy para que compartan
este enfoque de diagnóstico con aunque sea un padre cuyo hijo esté padeciendo
un trastorno de desarrollo, entonces quizás un enigma más en un cerebro más
será resuelto. Una mente más será desbloqueada. Y un niño más que ha sido
diagnosticado equívocamente, o incluso no diagnosticado por el sistema, reconocerá
finalmente su potencial real mientras todavía haya tiempo para que su cerebro
se recupere. Y todo esto, simplemente, por medio de la observación de las ondas
cerebrales del niño.
Fuente: TED
Fuente: TED
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